sábado, 23 de septiembre de 2017

El México que me tocó vivir

En vida todavía me encuentro, es cierto. Escribo en pasado, porque el impacto de lo que ha sucedido no me deja en paz. Por la noche sigo pensando que el chirrido que le acompaña a un "alerta sísmica" volverá. Pero sin duda alguna algo me ha dispuesto a escrbir estas palabras, algo, sin duda alguna, me motivó a tomar la pluma y volarla sobre el papel: la imagén del México en el que me tocó vivir. 

A diairio nuestros gallos cantan por la mañana y miles de luces tiritean una con otra. Quizá a las seis, medio cuerpo y media alma de la ciudad ya se encuentren despiertos. Péridicos. Noticieros de televisión. Pensamientos condensados en una sola cosa; crisis por aquí, inflación por allá, circo político cotidiano y más indiferencia a lo largo de los días. Me conento con ver pasar una por una, a cada persona. Un jóven asalta. Un señor viola. Nuestros políticos roban. Entre todos nos escupimos en la cara. 

Ese es el México que me tocó vivir. Un país que se colapsaba en pedazos y que de hecho, se colapasó. El humo voló entre las calles. La histeria se adueño de nosotros. Los automóviles se detenian ante el impacto. En resumen, un video circuló e ilustró la tarde de aquel 19 de septiembre. Columnas de hierro y cemento, colosos entereos, volaron ante un movimiento telurico. Pero con ello, también se vino abajo la indiferencia; vino la diferencia, hicimos propio lo que ya nos pertenecía y en cuestión de segundos, forjamos los nuevos cimientos de un México en el que me está tocando vivir. 

Miles de personas sumaron su apoyo, de hecho, la ayuda ha sobrado. Lo que nos volvía el país de los cangrejos, ahora nos convirtió en el país de las hormigas. Nuestro reto ya no es tomar lo que por derecho nos pertencía, nuestro reto ahora, es no volverlo a perder. Las promesas de un nuevo México se volvieron actos, pero de nosotros depende, que esos actos no se vuelvan pasados. En mi recuerdo queda el México que me tocó vivir, pero ahora en mi mente, se fija la idea del México en el que quiero vivir y que de hecho, estoy viviendo. Por ello es que aplaudo y agradezco, por que mi sonrisa no se contenta con tan solo ver los periódicos, los noticieros de televisión o escuchar la radio. Mi sonrisa se traza por que ha nacido de nuevo la esperanza y esa esperanza,  volvió a nacer justo en el ombligo de la luna... 

                                                                                                                               M.A. Rubio.
@ilprubio

No hay comentarios:

Publicar un comentario